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sábado, marzo 27, 2010

¿Se puede suavizar la imagen del rugby?, club frances desarrolló una provocadora estrategia de marketing.

La imagen es premeditadamente chocante. Cuatro gladiadores, feroces como leones, vestidos con el color de Venus. Sucede cada fin de semana, melés incluidas. Uno de los mejores equipos franceses de rugby, el Stade Français (1883), viste de rosa desde hace cinco años por ocurrencia de su presidente, el empresario Max Guazzini.



Con el pretexto de suavizar la imagen del rugby, el club desarrolló una provocadora estrategia de marketing. Y tuvo un éxito arrollador. En la primera temporada se vendieron 20.000 camisetas (a 75 euros la unidad), que han sido 95.000 la pasada campaña, cuando se incluyó un retrato de Blanca de Castilla con inspiración Warhol.



La elección de quien fuera infanta de Castilla y reina consorte de Francia demuestra el ingenio vendedor de Guazzini: "Buscábamos un rostro femenino y elegimos a Blanca porque fue madre de San Luis, rey de Francia, y fueron los estudiantes del Liceo San Luis los que fundaron este club".



Superado el primer trauma, el rosa lo invade todo. De las banderas a la megafonía, pasando por los souvenirs. El himno del club es el clásico de Gloria Gaynor I will survive, uno de los himnos oficiosos del movimiento gay. Y en la tienda oficial, tanto como la ropa interior (rosa), triunfa el calendario nudista Dioses del estadio, que exhibe a los jugadores sin más parapeto que un balón, afortunadamente, oval. No faltan las cheerleaders en limusina (rosa, obviamente), la música pop para recibir a los jugadores y las campanas sustituyen a las bocinas al final de cada mitad.



El impacto.

Aunque la fuerza de la costumbre ha aplacado las voces críticas, el impacto permanece. Cada vez que surge vestido de rosa y lirios el pilier argentino Rodrigo Roncero (1,78, 114 kilos) se desmonta el tópico que asocia a los jugadores de rugby con el hombre que ruge y al rosa con el color pastel.



Contra la cultura del macho intervino Gareth Thomas, ex capitán de Gales, al reconocer su homosexualidad. Y contra los prejuicios del rosa queda la historia: de ese color fue la primera camiseta de la Juve (1898) y así premia el centenario Giro al líder de la carrera. Sucedió antes de que la moda feminizara el único color que no aparece en la bandera de ningún país. Sucedió antes de que Guazzini descubriera otra forma de hacer dinero.

Juanma Trueba

25/03/2010 en el As de España

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